Si tu cambias, todo cambia.

Por: María Paula Trujillo, 11B

Mi motivación por estudiar en el conservatorio empezó hace 9 años, cuando tuve la oportunidad de visitar el san Jorge por una reunión, a pesar de ya estar cursando la primaria en esta institución en su sede el Carmen, ese día, Sali enamorada del san Jorge y lo que cautivo mi atención fue un árbol gigante que en ese momento con su sombra cubría los niños que estaban interpretando melodías junto con el canto de las aves además, el silencio y el aire puro que podía respirar con total libertad, el clima frío junto con la neblina descender de las montañas, vi como el sol salía y dibujaba un hermoso contraste en el cielo.


Durante todos estos años en la institución he podido experimentar una y otra vez cada una de las sensaciones de ese día, pero de una forma más inconsciente en la cual van mermando y se van haciendo más insignificantes, ya que cada día desde hace algún tiempo es muy común ver como los niños y niñas de la institución utilizan el descanso para estar en sus celulares, jugando, chateando, etc.., distanciándose del mundo real, también he podido ver que no cuidan la naturaleza porque botan las basuras en las zonas verdes, pisan los jardines o arrancan las flores para una foto, aumentando la contaminación para el medio ambiente.

Me pregunto porque no disfrutan esos momentos únicos como el canto de las aves, el hacer silencia y disfrutar de esa paz y tranquilidad, respirar profundo y sentir con ese aire frio refresca todo nuestro ser o simplemente contemplar los hermosos paisajes que dibuja el sol en su esplendor.

Los segundos en el reloj van corriendo poco a poco, lo que algún día fue la esencia de nuestra institución se esta desvaneciendo, la sombra de un gran árbol ya no está, el canto de las aves no se logra percibir , y si, estamos en un continuo cambio, pero  ¿hasta dónde vamos a llegar?, estamos perdiendo la sensibilidad por las cosas que realmente merecen nuestra atención. Es tiempo de parar y levantar nuestra mirada, darnos cuenta que aun quedan muchas cosas, que aun hay tiempo para cambiar y empezar a disfrutar de todo lo que Dios un día nos regaló.

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