Elegir instrumento, una gran decisión

Por Valentina Betancourt

Todos ya habíamos pasado al grado quinto y solo nos hacíamos una pregunta, la pregunta que definiría lo que amaríamos, nos acompañaría por siete años o por el resto de nuestras vidas ¿cuál instrumento vas a escoger? Había tres tipos de personas; los primeros no sabían lo que querían, los segundos no conocían los instrumentos que se podían elegir, y los últimos eran niños que desde el principio del año ya tenían claro lo que querían. Yo era parte del primer tipo, no estaba muy segura de mi decisión, ya que tenía que escoger un instrumento aprobado por mis condiciones de salud, mis oídos se encontraban en una situación delicada… Tuve muchas ideas, desde tocar un instrumento de cuerda, hasta uno de viento metal o madera y unos meses antes que terminara el año escolar ya había decidido el instrumento. 

Al pasar los días, sin darnos cuenta, llegó la fecha definitiva, el día tan esperado por todos, y claramente los nervios estaban allí; ese día mi hermano me acompañó y fuimos unos de los primeros en llegar. El colegio estaba solo ya que nos citaron tres días antes de que todos los estudiantes entraran. Luego de esperar un buen rato llegó la hora en la que teníamos que entrar al teatro, no puedo olvidar lo emocionados que nos encontrábamos en ese momento. 

Empezaron los instrumentos de cuerda, vientos metales, luego vientos maderas, percusión y por último, piano. Mientras los maestros nos tranquilizaban, buscábamos la manera más rápida para ir corriendo a donde estaba el maestro del instrumento que escogeríamos. Llegó la hora de correr.

Al pasar unos segundos, de una manera instantánea se formó el más grande desorden y las grandísimas montoneras, había niños peleando, tranquilos, felices e incluso tristes. Muchos de los niños, al no estar bien informados e inseguros de lo que iban a elegir, no pudieron alcanzar el instrumento que querían, así que buscaban otro instrumento y los inscribían en las listas donde faltaran estudiantes, ya que los maestros siempre tienen cierta cantidad de cupos. En mi caso, escogí la percusión. 

Ahora me encuentro en el grado undécimo y no tengo duda alguna de que la percusión ha sido la mejor elección, me ha llevado a conocer muchas culturas, historias y personas, algunas egocéntricas, pero también personas increíbles que son apasionadas por su instrumento, y esto me ha permitido crecer como percusionista y como persona.

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