Sin miedo a hacer lo que nos gusta
Por: Juan José López, 11B
El colegio se ha ido incorporando cada vez más en nuestras vidas a lo largo de los años, convirtiéndose de esta manera en nuestro segundo hogar y en el cual pasamos gran parte de nuestros días. Cada colegio posee alguna característica especial que lo identifica y diferencia de los demás, y en nuestro caso es la música.
Convivimos en un entorno musical, rodeados de estudiantes apasionados y comprometidos con sus instrumentos y con la exigencia del colegio para aquellos que quieren seguir con la carrera musical. Este compromiso conlleva a pasar horas extra-clase para aquellos que no cuentan con un instrumento propio, o para los que participan de ensambles orquestales y requieren ensayos más extensos.
He tenido la oportunidad de ser partícipe de distintos proyectos y ensambles musicales, y tengo compañeros que se quedan a practicar con sus instrumentos. Ambos tenemos algo en común: salimos de estas actividades de 5:00 a 7:00 p.m., con miedo de que nos agredan, nos roben o de que no regresemos a casa.
En la vía de ingreso al colegio hay puntos estratégicos en donde los asaltantes se esconden, nos vigilan y nos pueden atacar fácilmente de sorpresa, tanto a estudiantes como a docentes.
La seguridad escolar empieza antes de que lleguemos al colegio y termina hasta que todos regresemos a salvo a casa, por lo que es necesario que toda la comunidad aminense se una para solicitarle a la policía un personal de seguridad que esté ahí durante la jornada y horas extra, cerciorándose de que todas y cada una de las personas que se encuentren dentro de la Institución, y más que todo, nosotros los estudiantes, podamos quedarnos con total confianza y sin miedo alguno a hacer lo que nos gusta, nos apasiona y servirá para un futuro.
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