La tecnología y la necesidad de adaptarse a ella
Por: Juan Camilo García
En 1949, nació Consuelo Forero Labrador, oriunda de Venadillo, Tolima, en el ceno de una familia pobre, acoplada al contexto machista en el que el hombre trabajaba y la mujer se quedaba en casa haciendo oficio, criando y criando hijos. Creció acompañada de sus cuatro hermanos, tres mujeres y un hombre. En esa época, un televisor a blanco y negro era un enorme lujo; para barrer tocaba salir al monte a conseguir las “ramas de pajarito” (nombre coloquial de la hierba con la que hacían las escobas); para comunicarse solo se podía a corta distancia mediante cartas, o en su defecto, usando el “telégrafo”.
En aquel tiempo, si las mujeres necesitaban lavar ropa, tenían que caminar hasta un rio y buscar una buena piedra; para hacer de comer, todo era a leña (razón por la que su abuela quedó ciega), y fuera de eso, los carros no encendían solo girando una llave, era un protocolo tedioso. En general todo era muy diferente.
A medida que fue creciendo y terminó el bachillerato, todo este contexto fue variando. Consuelo trabajaba y estudiaba al tiempo, lo hacía con procesos manuales, así aprendió contabilidad; pero a lo largo de su vida profesional esto cambió bastante, por ejemplo, las cuentas que antes llevaba en máquina de escribir o a mano, tenían que estar ahora hechas y registradas en computadora, por lo que tuvo que asistir a cierta cantidad de capacitaciones y cursos sobre el uso de esta nueva tecnología.
Poco después, surgió la internet, lo que los obligó a subir las cuentas y enviarlas a donde se necesitara; también aparece el correo electrónico, otra revolución más en la comunicación, y otra adaptación más, junto a más capacitaciones para usarlo en el trabajo.
Ahora se le presentan televisores tan delgados como un libro, y ya no los que parecen un escritorio; el celular es un teléfono que no solo hace llamadas, también accede a internet, y aplicaciones tecnológicas. Casi todo cambio y siguió cambiando, lo que para Consuelo no estuvo bien en su totalidad, porque los niños ya no salen a jugar a un parque, o jugar con una llanta, ni si quiera con juguetes, sino que se quedan encerrados en casa con el entretenimiento que les brinda la tecnología, ya no despiertan su motricidad, ya no se empapan del mundo, todo por culpa de esta tecnología, que aunque fue hecha con buenas intenciones, nos está trayendo enfermedades por la radiación, males por los hackers, y tras de que es difícil adaptarse, nos está dejando una generación de dependientes de ella.
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