Un día para aprender física

Por: Emily Stefanya Varón

Primero de septiembre de 2019, empezaba uno de los últimos meses del año, y con este, se acercaba uno de los días más importantes para la maestra de física, Marlene Rivera y para los estudiantes de grados decimo y once, ya que debíamos ir organizando el día de la física, el cual iba a ser el tres de octubre. Para el día de la física, la maestra organizó grupos de máximo 5 integrantes entre los estudiantes de once, quienes debían realizar un experimento de un tema previamente asignado que fuera muy interesante, llamativo, fácil de entender  y sobre todo, que no fuera peligroso, ya que el experimento debía ser expuesto para los estudiantes más pequeños.

El día de la física es un día muy importante, un día en el que todos pueden aprender algo de cada experimento, o incluso de algunos físicos reconocidos en la historia. Para los estudiantes también es importante porque de allí se genera la nota principal de esta materia en el tercer  periodo; a la vez, es el trabajo más difícil y atrayente.

Después de que la maestra nos dio el tema correspondiente, cada grupo investigó experimentos que pudieran hacer,  luego, en un trabajo escrito, lo presentamos a la maestra para ver si eran aprobados. Este trabajo  debía  contener el tema, la introducción al experimento, su explicación y sus materiales. El tema que le correspondió a mi grupo era la  física cuántica, un tema muy extenso y complejo de exponer, además, no encontrábamos un experimento apropiado y comprensivo, todos eran muy complicados y por esto, estábamos muy preocupados y cortos de tiempo, fuimos a consultarle a la maestra si había otra opción de tema, del cual pudiéramos consultar algo, la maestra nos respondió que teníamos dos opciones, hacer una muy buena exposición sobre el “LHC” (que es un acelerador de partículas) o hacer una recreación del “Apolo 11” (es decir, la llegada del hombre a la luna); nosotros decidimos recrear el Apolo 11; en mi opinión era más sencillo, más agradable e interesante y además perfecto para el tiempo con el que contábamos.

Durante dos días nuestro grupo se reunió  en mi casa para ir recreando cada elemento, en este caso, decidimos hacer una nave gigante de cartón y recrear la luna con una pelota de yoga, cada uno tenía su trabajo, pintar, decorar, consultar, cortar el cartón y hacer el trabajo escrito, el cual le presentaríamos el lunes 30 de septiembre a la maestra, para que fuera aprobado por ella o nos dijera qué podríamos agregar.


Ese día le presentamos nuestro trabajo a la maestra, a ella le agradó mucho y nos recomendó elegir un lugar amplio en el salón para poner todo de manera que se viera al estilo de un museo. Dos días, después los estudiantes de decimo y once empezaron arreglar sus salones, cada grupo organizaba sus mesas y sacaban sillas o incluso pegaban ya sus carteleras de explicación, con el fin de que  todo estuviera preparado.
¡Por fin llego el tres de octubre! a eso de las 6:15 a.m., los estudiantes terminaron de preparar sus estands, la maestra siempre iba a supervisar en todos los salones de décimo y once cómo iban y cómo estaban organizando sus presentaciones; también, nos iba avisando cuánto tiempo faltaba para que empezaran las exposiciones. 

A las 9:00 a.m., todo estaba listo. Por cada salón pasaban grupos de estudiantes de diferentes grados viendo, fotografiando, aprendiendo y calificando cada exposición; la maestra, muy orgullosa, llevó a un camarógrafo para que grabara cada uno de los trabajos hechos ¡todo salió genial! ¡todos los experimentos eran asombrosos e interesantes! hubo mucho orden y no hubo ninguna dificultad. 

El día de la física concluyó a las 12:00 a.m., después los estudiantes empezaron a recoger y organizar nuevamente el salón, así terminó todo y nos dejó un buen recuerdo, en el que todos aprendimos un poco y nos esforzamos al máximo para lograr el resultado esperado.

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