Opinión: Educar con resiliencia y pasión

 Por German Humberto Cruz Ramirez – Grado 11-B

 

En cada escuela, hay maestros que van más allá de sus responsabilidades. Que no solo dan clase, sino que motivan, nos motivan desde la experiencia y dejan huella. La profesora Claudia, actual docente del área Ciencias Sociales del conservatorio de ibague, es un claro ejemplo. Su historia como educador está llena de conocimiento, obstáculos y un poder que pocos conocen.

Aunque su camino en la docencia no comenzó de manera habitual, descubrió en la historia un amor que se convirtió en su carrera. En lugar de estudiar la ingeniería, como había planeado, decidió perseguir su pasión por aprender sobre la historia de Colombia y del mundo. Desde entonces, ha enseñado en zonas difíciles: regiones de campo, zonas con militantes, áreas con problemas sociales. Estos eventos no la detuvieron, sino que la convencieron de que enseñar era un método para cambiar vidas.

Sus lecciones no dependen solo de los libros. la profesora Claudia disfruta dictar una clase tomando noticias o historias actuales. Discute los eventos recientes con sus alumnos, alentándolos a pensar profundamente y examinar su entorno. Ella cree que la historia es crucial para comprender la situación actual y prevenir los mismos errores. La docencia, para ella, no se trata de mencionar las fechas, sino de demostrar razones, resultados y vínculos con nuestra vida actual.

Pero fuera de la escuela, su vida también ha sido una lección importante. Durante más de nueve años, ha luchado contra una enfermedad como el cáncer y lo ha hecho con una actitud fuerte y tomando una postura resiliente. A pesar de su complicada condición, nunca ha dejado de enseñar o mostrar esperanza.  misma afirma que no se trata únicamente de resistir, sino también de vivir con un propósito y mostrar con el ejemplo.

Durante nuestra charla, una de sus frases quedo plasmada en mi mente: “La vida es una carrera de obstáculos, pero si uno se detiene en cada piedra, nunca llega”. Esa expresión, hablada con calma y firme, nos demuestra la persona que es la profesora Claudia: una mujer, que ha persistido, que ha tropezado, pero no ha dado por vencido. Eso no enseña desde un libro, sino de las experiencias e historias de la vida misma.

Hoy, la profesora Claudia motiva a los estudiantes con la misma energía. Cree en la educación como una herramienta de cambio y en la importancia de los valores de enseñanza como el respeto, la curiosidad y la empatía. No se considera como una maestra convencional, y por eso ha conectado y formado vínculos tan fuertes con sus estudiantes

Su historia nos muestra que educar también se construye desde la experiencia y la humanidad. Conocerla ayuda a reconocer el valor de los maestros que, además del conocimiento, enseñan con amor y pasión.

Si miramos desde el punto de vista del entorno educativo, cada una de sus frases, expresiones y que decir de sus vivencias, hacen que miremos a esa mujer, maestra, madre, hija, hermana y educadora como la prueba que el querer más vale la pena, su resiliencia nos invita a seguir sus enseñanzas y llevarlas en nuestro diario vivir.

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